lunes, 14 de mayo de 2012

¿SOMOS TODOS “FENICIOS”?


Domingo. Comida Familiar. En el momento del café y los licores. Tras el vino y la cerveza ingerida en la comida las lenguas se sueltan, las mentes se relajan, y el ambiente sosegado y tranquilo invita a la conversación.
-         Está todo igual de mal, está crisis no se arregla -, dejó caer Antonio para iniciar la conversación.
-         Como se va a arreglar… si aquí el que no corre vuela-, comentó Eduardo.
-         Está crisis es por culpa de todos. Todos somos unos aprovechados-, sentenció Inma (la mujer de Eduardo).
-         ¿Cómo qué de todos?. Este problema viene por culpa de los especuladores y por los políticos corruptos e ineptos que nos gobiernan. No ¡de todos!, faltaría mas-, dijo Antonio comenzando a acalorarse.
-         Está crisis se acabaría si todos pagasen sus impuestos, si nadie se llevase su dinero a paraísos fiscales, si los que están cobrando el paro no trabajasen en negro, si todos los profesionales cobrasen sus honorarios con la correspondiente factura….
-         Sí no sacáramos las medicinas con la cartilla de la abuela para que nos salgan gratis, si los médicos no recetaran más pastillas que las que corresponde al tratamiento, si estos no se dejarán “untar” por los visitadores médicos para que receten las medicinas de su empresa farmacéutica… (seguía argumentando Inma apoyando a su marido).
-         Pero vamos a ver, eso sucede porque no hay ningún tipo de control. ¿Cuantas inspecciones de hacienda se realizan?, ¿Cómo hacienda no investiga a un “fontanero” por decir algo, que declara pocos ingresos y resulta que va en coche de alta gama, tiene casa, chalet y viaja con mucha frecuencia?-. dijo Antonio defendiendo su postura.
-         Todos somos unos chorizos, cuando podemos nos aprovechamos de la situación y le sacamos más beneficio de lo que toca. En el Norte de Europa no pasa, pero en España somos todos “fenicios”, nos gusta el trapicheo, sacar el máximo rendimiento a las cosas y lo más rápido posible, sin importarnos si es legal o no. Esto no tiene arreglo-, insistía Eduardo.
-         Yo creo que sí. No podemos seguir permitiendo está situación. Político que robe… que devuelva lo robado y castigado duramente. Políticos que gestionen mal… a la puñetera calle y que se responsabilicen del daño que ocasionan a los ciudadanos, más impuestos para el que más gana, penalizar la mala gestión bancaria y perjudicial para sus clientes y no que se vayan de rositas con indemnizaciones millonarias…
-         ¡Qué no hay remedio!- , le cortó Eduardo en voz alta.

En ese momento Antonio sintió en su hombro la mano huesuda y deforme (por la artritis) de la octogenaria iaia Esperanza y sin que nadie se lo pidiera, intervino:
-         Eduardo, no por gritar más tienes mayor razón. Lo situación está mal. No sé si somos fenicios o griegos. Lo que la vida me ha enseñado es que si uno no se esfuerza por cambiar las cosas estás nunca cambian. Si la cosa está tan mal, ¿por qué no hacéis algo?.